Comiendo lentamente tu mirada,
memorizando al tacto el color de tu espalda,
quitándome las legañas de una vida sufragada,
sellando tus palabras e irguiéndome con mi espada,
gritando en vano solitarias palabras
deslizadas por el suave manto de tus faldas,
y queriéndote conquistar al alba
para nadar sin fin entre tus aguas,
elijo una vida a tu lado.
No existe placer más exquisito
que amarte sin restricciones
y alcanzar cada día vuestra silueta de mujer,
que se balancea al caminar
como los péndulos que relucen
en vuestras orejas rosadas.
memorizando al tacto el color de tu espalda,
quitándome las legañas de una vida sufragada,
sellando tus palabras e irguiéndome con mi espada,
gritando en vano solitarias palabras
deslizadas por el suave manto de tus faldas,
y queriéndote conquistar al alba
para nadar sin fin entre tus aguas,
elijo una vida a tu lado.
No existe placer más exquisito
que amarte sin restricciones
y alcanzar cada día vuestra silueta de mujer,
que se balancea al caminar
como los péndulos que relucen
en vuestras orejas rosadas.