Poetisa



LA NOBLEZA DEL ALMA ES LA CUALIDAD QUE NOS HACE ÚNICOS.


sábado, 22 de diciembre de 2012

Todos tenemos un motivo por el que luchar


Cualquier detalle referido a ella
se grababa en mis pupilas:
 
Sus largos y cobrizos cabellos
bajo la luz de la luna 
tomaron vida con la brisa marina,
creando pequeñas ondulaciones
que pasaron inadvertidas 
por el resto de mis compañeros,
como cuando caen las primeras gotas sobre un charco
en una ciudad de calles desiertas,

como cuando el ave rapaz 
alza sus alas emprendiendo el vuelo
en busca de alimento,
sin saber que la boca de una escopeta
sigue sus movimientos,

como cuando el viento silba enojado   
sobre un desfiladero 
por ver perturbado su sueño 
en la cima de la montaña.     
 
o como cuando el viento produce ondulaciones 
en tus cortinas de color sepia
que te separan del mundo exterior,
induciéndote a que emprendas un viaje sin retorno.

Ella fue mi primera musa. 
Mi rosa de los vientos, mi fuerza y mi alimento de cada día,
cargado de esperanza y alegría.  
Gracias a ella
hallé el valor, superé mis miedos y alcancé mis sueños. 

¿Y tú? ¿Cuál es la musa de tus días? 
    

domingo, 18 de noviembre de 2012

Te quiero

Como ayer,
te soñé surcando ríos de jazmín
como la más dulce serafín.

Escuché una sutil melodía
que amparaba todas mis desdichas 
y me engrandecía con palabras tan bellas
que sólo tú me decías.

Atraído e hipnotizado por tu silueta de muejr,
cautivé un rayo de luz de aquel amanecer
en un frasquito de cristal
bañado con el aroma de tu piel.

Alienada

La angustia y el pesar concluyen en tu voz
que había emigrado por disparates tales
como la aurora que se perdieron tus dos diamantes
por no perder tu puesto alcanzado,
donde  arduo será llegar a la cumbre
cuando tantos otros compiten a tu lado
sin ser compañeros, y sintiéndote alienado.

¿Qué placer constructivo se halla, amor?

Poesía

Silba la creatividad
delineándose con gran fervor,
sobre el papiro de trigo 
que febrilmente elaboré 
un angosto mes de febrero.

Cuán largos fueron los días 
que sobre mi lecho aguardaba
a que la vida me sorprendiera como cada mañana,
con los secretos que celosamente guarda
esta tierra patria,
mansa de aves acuáticas.

sábado, 11 de febrero de 2012

Las aventuras de Amras

La brisa de la madrugada traía un aroma muy lejano.
Una presencia viajera acarició nuestro pueblo materno.


Las risas que cayeron en un sutil sueño
lo desvelaron en silencio.
Un misterioso secreto esconde su figura,
y una inquietud latente despierta su dulzura.
Es tan palpable como tus labios de terciopelo
o como el halo esperanzador que irradia tu presencia.

Su llegada me ha despertado un sinfín de recuerdos,
y con la añoranza sobre mis versos
lastimo aquellos años que podíamos vernos
con la inocencia de tus manos
y el suave olor a fresno.

martes, 7 de febrero de 2012

Todo irá bien

Tú, que inicias un nuevo camino
no quieras tomar atajos,
sigue el transcurso del río.

Tú, que inicias un nuevo camino
no te pierdas a ti mismo,
sigue el sendero marcado
que otros antes ya lo hicieron,
e ignora los espejismos
pues en este viaje estarás acompañado.

Destino incierto

¿Qué trágico fin le deparará las aguas del río
que quieren llegar las primeras a buen puerto
sin cesar ni pensar alternativas ante infortunios?

domingo, 29 de enero de 2012

¿A quién me recuerdas?

Eres el rayo de sol que calienta mis mañanas,
alimentando mi cuerpo de besos
y haciendo exhalar mi aliento,
como cuando tocas ritmicamente la guitarra
haciendo vibrar las cuerdas del instrumento.

Eres... Como un mentor
que desea lo mejor para su pupilo.
Pero a quien más me recuerdas,
mi pequeña flor de romero, es a Cupido,
un ángel tan tierno como ciego de amor,
que con el corazón encogido
tensa su arco robándome el corazón.

Quédate

No te vayas todavía,
no te vayas ahora que te he encontrado.
Quiéreme como tú sabes.
Quiéreme y toma mis alas.

Nanananará, nanananarará.

Otro día partiréis
cuando la noche esté encantada,
así la luna os velará
y gozaréis de su protección.

Quédate mi niño,
quedate a mi lado,
que el mar está revuelto
y las barcas vuelven al puerto.

Nanananará, nanananarará.

El día ya se apaga
y la noche oscura llega,
arropame y duerme conmigo,
pues mi miedo se acrecenta.

Nanananará, nanananarará.

(Susurro)
Perdóname, mi vida,
y bebe de este arroyo mío,
pues las sombras nos acechan
y temo no volver a veros.