Dubitativo,
abrí la botella de pétalos de rosas
marchitos por los besos
que brindaste a otro amante
de palabras bonitas y caricias jugosas.
Dolido,
tiré a la deriva todos los sueños
que juntos un día alzamos,
y sin más reproches regresé a la orilla
donde encontré a los que me querían.
Decidido,
corrí hacia el callejón sin salida,
y borré aquel corazón de tiza
que tanto te protegía,
e impaciente, desbordaba alegría
al deslizarse por una de tus sonrisas.
abrí la botella de pétalos de rosas
marchitos por los besos
que brindaste a otro amante
de palabras bonitas y caricias jugosas.
Dolido,
tiré a la deriva todos los sueños
que juntos un día alzamos,
y sin más reproches regresé a la orilla
donde encontré a los que me querían.
Decidido,
corrí hacia el callejón sin salida,
y borré aquel corazón de tiza
que tanto te protegía,
e impaciente, desbordaba alegría
al deslizarse por una de tus sonrisas.
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